Los departamentos de recursos humanos (RR HH) se vuelven cada vez más locos para elegir al personal. Las largas colas de desempleados que se apiñan detrás de sus puertas les complican su trabajo de selección, y por eso, ahora más que nunca empiezan a contar esos pequeños detalles que no habían tenido gran relevancia hasta el momento. Detalles que cualquier persona parada podría pasar fácilmente por alto. Detalles como su propia forma de escribir.
Es cierto que en algunas empresas más sotisficadas o rigurosas habían venido practicándose algunas formas peculiares de selección del personal, pero parece ser que estas prácticas se están generalizando debido a la increíble demanda de empleo. Uno de los aspectos que puede jugarnos una mala pasada es nuestra propia firma. Sí, nada más sencillo que eso. Al parecer la firma de cada individuo dice mucho sobre su personalidad. El nivel cultural, el nivel de inteligencia, la forma de razonar, la habilidad de argumentar y comunicar, el grado de creatividad… todo esto puede analizarse meticulosamente estudiando los trazos y garabatos de nuestra firma. La experiencia, conocimientos y estudios de poco valen ya, pues es algo que aparece ya con frecuencia en todos los currículums, así que ahora se busca un plus. Esa información extra que al parece solo puede revelar nuestra letra.
Tanto la firma como la escritura de los candidatos se convierten así en una biografía abreviada de cada persona. Especialmente las grandes empresas, las consultorías de RR HH y coaching, los bufetes de abogados y las entidades financieras son los organismos que aplican estas técnicas de grafología. De hecho, existen cursos de esta materia llamados e-learning Grafología, que enseñan a los interesados cómo aprender a analizar el estilo de escritura y cómo traducirlo a los ámbitos que interesan profesionalmente. Normalmente, estas empresas realizan un proceso de selección de personal basado en un par de entrevistas, pero después, la decisión final siempre puede depender del estudio particular de las firmas de cada candidato. Por supuesto que aparte de esto, pueden existir otras pruebas que imponga la empresa, desde tests psicotécnicos hasta dinámicas de grupo. Pero la grafología se ha convertido en una prueba plus a superar.
¿Qué aspectos de la escritura son exactamente los que se tienen en cuenta? Pues entre muchos otros la forma de unión de las letras, el tamaño de las mismas, su dirección (ascendente, descendente…), su inclinación y, como no, su forma. Más allá de los aspectos técnicos, también es objeto de estudio la forma de identificarse el sujeto, si firma solo con nombre o con apellidos, y cómo ordena los elementos de su firma. No olvidemos que cada firma es única y actual, en tanto que firmamos en el momento exacto en el que se nos solicita. Por lo que la información extraída posteriormente, es información puramente actualizada sobre el sujeto.
Después de esto, seguro que muchos ya estarán con un papel y un bolígrafo en la mesa probando sus firmas. Al menos no olvidemos su importancia para la siguiente entrevista de trabajo. ¡Suerte!
Fuente: El País
Foto: English Rose
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