1 de abril de 2013

El futuro del empleo turístico está en el vino


Uno de los grandes motores de la economía española es el turismo, un sector capaz de crear miles y miles de empleos. Desde que en los años 60 el régimen de Franco decidió apostar por el turismo con aquello de “Spain is different”, la costa mediterránea se convirtió en el destino favorito de los trabajadores europeos que acudían a España en búsqueda de las “tres eses”: sun, sea, sex, o lo que es lo mismo, sol, mar, sexo.


Con el paso de los años, el potencial turístico español fue creciendo, y se abrieron nuevos caminos aunque hubo uno, el del vino, que se ha mantenido al margen del auge del turismo rural, aunque esto parece que está empezando a cambiar. El vino es uno de los productos made in Spain más reconocidos a nivel internacional, por lo que no es de extrañar que cada vez más extranjeros incluyan visitas a nuestras bodegas cada vez que llegan a España. Con la crisis, también son cada vez más los españoles que cambian un viaje por una visita a una bodega.


Turismodevino.com, un portal especializado en enoturismo, ha realizado un estudio del que se desprende un dato esperanzador: una mayor internalización del enoturismo podría suponer la creación de unos 50.000 empleos directos a medio plazo. Sin duda, una buena noticia para un sector turístico que últimamente solo es noticia por aspectos negativos como EREs y huelgas en sus principales firmas, cierres o quiebras. De los 55 millones de turistas que cada año visitan España, solo 250.000 visitan alguna bodega, por lo que el margen de mejora es bastante amplio.



Respecto al turismo interior, los datos de la Asociación Española de Ciudades del Vino, Acevin, dicen que 15 millones de españoles han visitado alguna vez en su vida una bodega; aunque insisten en el público más joven como el gran segmento de potenciales clientes a los que atraer hacia las bodegas. Además de potenciar al sector turística, la llegada de más turistas iría acompañada de un incremento de ventas en las propias bodegas, algo que sin duda repercutiría positivamente tanto en las bodegas como en el empleo.


Si nos fijamos en las zonas más visitadas por este tipo de turistas, los alrededores de Jerez de la Frontera, el Penedés catalán y La Rioja son las más populares. Eso si, cualquier bodega, por muy pequeña que sea, sorprenderá al visitante y muchas denominaciones de origen tienen sus propias rutas del vino, que recorren bodegas, ciudades y parajes naturales. Sin duda, una nueva forma de explotar el potencial turístico español más allá del sol y playa.


Foto: ashley.maceli


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